Escultura (gothico)
En la escultura gótica se observa una progresiva liberación del marco arquitectónico y un mayor naturalismo. No falta en la iconografía el bestiario fantástico. Las imágenes se comunican entre sí expresando sentimientos, alegría, tristeza, dolor, etc., hasta llegar al patetismo en el siglo XV. Reaparece el retrato.
En la escultura gótica se observa una progresiva liberación del marco arquitectónico y un mayor naturalismo. No falta en la iconografía el bestiario fantástico. Las imágenes se comunican entre sí expresando sentimientos, alegría, tristeza, dolor, etc., hasta llegar al patetismo en el siglo XV. Reaparece el retrato.
El artista tiene libertad para hacer sus obras y las firmará. Existirá una escultura monumental. También adquiere gran importancia la escultura funeraria. Este es el ámbito del retrato, donde hay un mayor realismo.
Durante el período protogótico destaca el conjunto del pórtico de la Gloria, atribuido al maestro Mateo y el pórtico real de Chartres.
En el período clásico encontramos una tendencia a la belleza ideal, a la ingenuidad y a la sencillez. Suelen ser conjuntos narrativos que ocupan principalmente las portadas.
El gótico flamígero se caracteriza por la utilización de manera decorativa, de la curva y la contracurva, que da movimiento a las figuras. La escultura se hace totalmente exenta y se difunde la estatuaria funeraria.
La escultura gótica en Europa
Las primeras manifestaciones de escultura se encuentran en Francia. Destacan: la fachada de la catedral de Chartres, y San Esteban de Notre-Dame de París. En Francia destaca la escuela borgoñesa, y dentro de ella Claus Sluter, el Pozo de Moisés.
En Italia la escultura está al servicio del mobiliario de las iglesias y del arte funerario. Nicolás Pisano: púlpito del baptisterio de Pisa, Giovanni Pisano: púlpito de la catedral de Pisa.
España
España
El período protogótico. Se conoce al maestro Mateo que hace el pórtico de la Gloria en Santiago.
En el período clásico, mediados del siglo XIII, se entronca con la tradición francesa. Portadas de las catedrales de Burgos y León.
En el período clásico, mediados del siglo XIII, se entronca con la tradición francesa. Portadas de las catedrales de Burgos y León.
En el período manierista los talleres más importantes se encuentran en Toledo. Destacan las puertas del Reloj y de Escribanos en la catedral de Toledo y el claustro de la catedral de Pamplona.
En el período hispano-flamenco se acentúan las notas patéticas y dolorosas en las expresiones de las figuras, que se hacen más naturales. Pere Anglada: Ángel del Ayuntamiento de Barcelona, Juan de Colonia: retablo de san Nicolás en Burgos, y Gil de Siloé: sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal en la Cartuja de Miraflores.
Pintura
Pintura
La pintura
Es el arte que más radicalmente cambia en el gótico. Pierde su lugar natural: el muro. La técnica más utilizada es la del temple y el óleo, que da un mayor colorido y permite un acabado más minucioso.
La primera etapa corresponde a la pintura conocida como gótico lineal, hacia el 1200. Se caracterizan por tener un fondo dorado, de influencia bizantina, un espacio simbólico. Las figuras tienden a ser planas, los colores vivos y aún tienen muchos convencionalismos románicos.
La segunda etapa corresponde a la Italia del Trecento, o pintura italogótica. Este será el germen de la pintura moderna, desaparece la línea negra. Podemos distinguir tres escuelas; la toscana, Giunta Pisano: Madona de la catedral de Pistoia; la escuela romana, Pietro Cavallini: Nacimiento y muerte de María; y la escuela florentina, Giotto di Bondone: Madona de Uffizi. Su aventura es la conquista de la técnica, el estudio del espacio, la perspectiva lineal, la coloración objetiva, la luz y la degradación de los colores.
En Italia también hay una escuela en Siena, que se caracteriza por hacer un arte cortesano, colorista, cromático e irreal, con los fondos dorados de tradición bizantina. Duccio di Buoninsegna: Madona Rucellai. Llegará en el siglo XIV a Cataluña Jaume Ferrer Bassa: capilla de San Miguel de Pedralbes.
La última etapa corresponde al gótico internacional, en torno al 1400. Se caracteriza por su afición al lujo, los colores brillantes, el dibujo curvilíneo, las pocas preocupaciones espaciales y por ser un estilo un tanto decorativo. Jean Fouquet: Díptico de Melum. En España encontramos: en CataluñaLluis Borrassà: retablo del Salvador en la catedral de Barcelona; en ValenciaLorenzo Zaragoza: San Roque de Jérica; y en Castilla Nicolás Francés: retablo de la catedral de León.
En esta época destaca, también, la escuela flamenca, protegida por una potente burguesía que es su principal cliente. Los pintores se organizarán en gremios, por lo que habrá una búsqueda colectiva de la perfección técnica y dibujística, lo que la hace muy minuciosa en los detalles. Los hermanos Jan y Hubrecht van Eyck: retablo del Cordero Místico; Petrus Christus: Leyenda de san Eloy; Roger van der Weyden, Descendimiento de la cruz; y el Bosco: El juicio final, El carro de heno y el tríptico de El jardín de las delicias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario