lunes, 15 de junio de 2009

MAMAS GOTHICAS


Mamás góticas

Ésta la historia de una señora, aquéllas damas de lo singular y lo sensual atrayentes por la oscuridad, vive su historia y la comparte con nosotros y para sus hijos que además de conocerla, con todo respeto por decir que es una VERDADERA MUJER, AQUELLAS DAMAS DE LA OSCURIDAD.


El resultado: positivo, sientes como tú ser estremece por una ráfaga de amor, deseo, temor y confusión, una nueva vida crece dentro de ti y mientras la gente se agita a corredor, en ti surge una fuerza desconocida que te permite ir más allá de los límites... me di cuenta que había entrado a la etapa de la maternidad.

Ser madre es una bendición y una responsabilidad que no se le confiera cualquiera. Diversas son las circunstancias como activos y aunque la noticia no siempre es, da como debiera.


En efecto la vida no es justa y en ocasiones debemos enfrentar la soledad, el maltrato y una vergüenza...


impuesta por quienes no somos capaces de comprender nuestras creencias. Los padres, unos a otros se culpan de tan trágico suceso. En ocasiones la soledad golpea a una mujer en su vientre lleva un breve.


Pero también hay ocasiones en que las parejas se unen por amor y por aquel que todavía no nace, se hacen responsables, cumplen obligaciones de padres y durante nueve meses transforman esa incertidumbre en gozo.


De pronto habrá que abandonar la escuela en pos de un trabajo, que cubra con las nuevas necesidades, el terciopelo, las botas y la plata son guardados, los tatuajes son cubiertos y el cabello recortado...


el glamour se queda para el fin de semana. Explotamos nuestra creatividad y vendemos lo que podemos. Los ahorros para las botas nuevas se transformaron ahora para latas de leche, aquella gabardina puede esperar, ahora lo importante son los pañales.

Como cualquier otra mujer decidida sacamos a nuestros hijos adelante, reímos y soñamos con ellos, ignoramos las miradas despectivas porque somos madres y lo que esas personas no saber es que con cada reproche o cuchillo a nuestras espaldas hacen más fuerte nuestra decisión de educar a nuestros hijos en la libertad de decidir, en no imponer una religión o un estilo sino a impulsar los ha buscado el suyo, defender sus creencias y luchar por sus sueños.

Hacemos hombres y mujeres que serán capaces de tener sus propias decisiones y construir su propio camino, queremos lo mejor para ellos y conocemos la importancia de educar antes que imponer, les regalamos el don de la razón, no serán borregos consumistas.

Y al pasar el tiempo, vemos con orgullo desfilar a nuestros pequeños por la escuela, nosotros conservamos nuestro estilo, ellos exploran los suyos. Las madres de niñas visten con una gama de sinfín de listones, vestidos, blusas y demás accesorios, les enseñan hacer mujeres seguras e independientes, ellas sonríen sabiendo que somos ni las ti nunca en función de alguien más. Las que tenemos niños les enseñamos hacer caballeros, a respetar a las mujeres, hacer trabajadores y también a defenderse, recordando les renegociar el mejor que pelear aunque, en ocasiones es inevitable. Luchamos por un ideal con nombre y rostro.

La rebeldía adolescente quedó atrás para transformarse en una búsqueda de oportunidades para nuestros hijos, abrir los nuevos caminos y educar una nueva generación que aporte a este mundo decadente un nuevo espíritu y que ésta sea un mejor lugar para vivir.

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