Era moderna
SAtanas es el amo y señor de la tierra y su poder radicada en el culto a la carne, habló material, a la sexualidad sin culpas y el dominio del cuerpo sobre el espíritu. Los placeres se gozan en la tierra, no en un cielo prometido.
SAtanas es el amo y señor de la tierra y su poder radicada en el culto a la carne, habló material, a la sexualidad sin culpas y el dominio del cuerpo sobre el espíritu. Los placeres se gozan en la tierra, no en un cielo prometido.
La esencia de la misa negra perduró hasta nuestros días, elementos como la mujer-altar y las velas negras son constantes ritual, sin embargo las connotaciones y acomodos cambiaron. La luz de lucir ser" es representada por las velas negras, pero el gran Ciro negro a la izquierda del altar representa el camino del conocimiento verdadero... el de las tinieblas. Un solo Ciro blanco, el único que debe existir, se enciende a la derecha para representar la hipocresía que los seguidores del Nazareno. Las demás velas negras se usan para iluminar la habitación.
La misa comienza cuando el sacerdote oficiante toma una campana y la hacer girar nueve veces en sentido contrario a las manecillas del reloj consiguiendo un sonido fuerte y estridente para purificar el lugar. Hecho esto, siguen las invocaciones a sotanas; después se toma el cáliz de éxtasis (de plata, madera o cerámica), de que primero bebe el oficiante y logo los feligreses. El cáliz contiene llamado elixir de la vida, un licor agradable al paladar, usualmente vino, en ocasiones mezclado con algún enervante. Todo termina en una clara parodia la misa católica.
En ciertas comuniones, se hace sonar un gong para llamar a los demonios menores. La fuerza viril y regeneradora perdura a través de un gran falo hecho de piedra, madera o arcilla. Uno de los ayudantes los debe agitar en cada punto cardinal y ante los asistentes a modo de bendición.
Un elemento importante de la misa negra es la espada, la cual se utiliza como una extensión del oficiante para canalizar las energías telúricas y consagrar objetos, peticiones, lesiones. Finalmente, encontramos los pergaminos en los que se escriben las bendiciones solicitadas y las maldiciones enviadas a los enemigos de los asistentes. Los pergaminos en los que se escriben las bendiciones solicitadas y las maldiciones enviadas son quemados en el Ciro negro, mientras que los de las maldiciones eran quemados en el blanco. La campana se hace sonar nuevamente y será por concluida la ceremonia.
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