lunes, 15 de junio de 2009

PECADOS CAPITALES; LIBRE ALBELDRIO

Pecados capitales

El lado oscuro del ser humano: el nacimiento del ser humano ha sido marcado desde tiempos inmemorables por el pecado original, herencia católica otorgado por Eva al consumir el fruto prohibido y regalarnos la conciencia y el libre albedrío.

Afortunadamente podemos salvarnos de la condena perpetua por medio del sacramento de lo hizo, al cual somos entregados sin tener siquiera conocimiento de lo que sobre nuestra espalda pesa. Ahora sí estaremos libres de ser sentenciados al dolor y sufrimiento que en el infierno se avecina. Pero ese es apenas el comienzo del arduo camino a seguir, para combatir las tentaciones y el verdugo de lo que nuestro Dios nos ha obligado a seguir: los pecados capitales.

Nos podemos negar que nuestra naturaleza es seguir la prohibido, y por más que nos veamos obligados a dejar a un lado eso mandamientos que la iglesia nos proclama, somos y seremos la obra más de caminos o del creador.




Soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula y pereza son los componentes que conforman el sentido maligno que todo el sentido del tiempo nos acorrala, y no hay escapatoria, somos pecadores porque en ello nuestra vida está basada. Pero porque se llaman capitales? De este delirio infrahumano se desprenden los vicios que tanto nos llenan y satisfacen, orillándonos a no tomar conciencia de la afrenta que se hace a lo que desde pequeños nos aseguran que era incorrecto. Bendita será la doble moral que actualmente se observa cuando en la misa nos mandan al infierno si no nos alejamos de las tentaciones, mientras que los medios de comunicación nos atraen constantemente mostrando el mal camino que obtendremos al seguir las modas establecidas.

Así podemos decir que ser pecador está de moda. Si analizamos a conciencia podemos darnos cuenta de que inclusive aquellos que nos llevan por el camino correcto son desviados del mismo, simplemente observemos la magnificencia de la iglesia, y como esta gente piensa que puede comprar su entrada al prometido paraíso.

Seamos francos, el valor de una iglesia es realmente invaluable, imágenes que un simple creyente no puede obtener a un precio moderado. Podemos resumir entonces que la iglesia misma peca de soberbia. Dudar lo sería como taparnos los ojos ante lo inminente. Pero que son a grandes rasgos los pecados capitales?

La soberbia es el deseo de alto honor y gloria, la avaricia es el acaparamiento de riquezas, lujuria es simplemente resumido el apetito sexual, la ira es la furia que provoca una dificultad, por otra parte está la gula, el gusto desenfrenado por la comida y la bebida, la envidia es el deseo de obtener lo que queremos otras personas y por último la pereza catalogado como el desgano de laborar y de cumplir en los demonios los bienes espirituales.

Las virtudes son por otra parte la receta mágica para limpiar nuestras almas y darnos el descanso prometido, pero no nos gusta a tener nos a la contraparte de lo que consideramos la vida diaria. Seamos entonces pecadores y disfrutemos de las delicias que satisfacen el cuerpo y que alimentan el lego, impidiendo la conciencia misma. Personalmente el de confesar que ante todos estos pecados ayuno que no es mencionado, porque no es conveniente que se ha considerado como tal: la ignorancia.



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